Debemos tener en cuenta que, el conflicto es destructivo cuando:
- Se le da más atención que a las cosas realmente importantes;
- Socava la moral o la auto-percepción.
- Concentra a la gente o los grupos, reduciendo la cooperación;
- Aumenta y agudiza las diferencias;
- Conduce a comportamiento irresponsable y dañino, tal como insultos, malos nombres o peleas.
Por otra parte, el conflicto es constructivo cuando:
- Resulta en la clarificación de problemas y asuntos importantes.
- Resulta en la solución de problemas.
- Involucra la gente en la solución de asuntos importantes para ellos o ellas.
- Conduce a una comunicación más auténtica.
- Ayuda a liberar emociones, estrés y ansiedad.
- Ayuda a desarrollar más cooperación entre la gente cuando se conocen mejor.
- Permite la solución de un problema latente.
- Ayuda a los individuos a desarrollar nuevos entendimientos y destrezas.
Centrándonos ya, en la RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS, para qué esto ocurra es necesario mencionar las fases que son importantes para que se dé:
- Asumir que el hecho de tener problemas es una situación normal e inevitable.
- Identificar y reconocer las causas del problema.
- Inhibir respuestas anteriores que se ha demostrado que son poco útiles para solucionar conflictos.
- Definir el problema.
- Delimitar y formular el conflicto que se está experimentando.
- Buscar los hechos relevantes del conflicto y describirlos de la manera más clara posible.
- Idear alternativas.
- Producir el mayor número de soluciones alternativas, que aporten la mayor cantidad y variedad posible de opciones.
- Valorar las alternativas y tomar una decisión.
- Valorar críticamente las diferentes soluciones alternativas.
- Decidirse por una solución, atendiendo a dos criterios: la consideración positiva de las consecuencias que se deriven y la posibilidad real de realizarla.
- Aplicar la solución tomada.
- Poner en práctica la decisión que se ha tomado: prever los pasos que se seguirán para realizarla, así como los mecanismos de control para valorar la eficacia.
- Valorar los resultados.
- Valorar los resultados obtenidos de la solución que se ha considerado la más adecuada. Si no son satisfactorios, se inicia de nuevo el proceso de búsqueda de soluciones.
Podemos hablar básicamente de dos tipos de solución pacífica de los conflictos:
Sin intervención de un tercero: Cuando hablamos de una solución de un conflicto sin la intervención de un tercero, nos referimos a que este sistema es la manifestación de la autonomía de las partes y de su voluntad, dependiendo sólo de ellas la solución final. Dentro de este campo, la estrategia más conocida es la Negociación.
La negociación puede definirse como un proceso interactivo de solución de conflictos a través del cual las partes pueden llegar a alcanzar una posición nueva, distinta de las planteadas originalmente, y que satisface, en todo o parte, sus intereses conflictivos.
Con intervención de un tercero: Cuando hablamos de una solución de conflictos con intervención de un tercero deducimos que se trata de conservar en forma intacta la autonomía en el proceso. El tercero sólo debe buscar acercar las posturas de las partes. Entre estos mecanismos encontramos:
- Conciliación: procedimiento por el cual el tercero reunirá a las partes en conflicto, las estimulará a examinar sus posiciones y les ayudará a idear sus propios intentos de solución.
- Arbitraje: procedimiento en el cual el tercero está facultado para tomar una decisión que ponga fin al pleito.
- Mediación: el tercero prestará una asistencia más directa a las partes para encontrar una solución aceptable, logrando incorporar sus propuestas como parte de la solución, de modo que las partes las sientan como propias.
Por último, exponer que NO debemos hacer ante un conflicto:
- Evitar los conflictos, ya que de ese modo se agudizarán.
- Hacer suposiciones, emitir juicios o culpabilizar.
- Ignorar los intereses de cada una de las partes.
- Atacar a la persona que tiene la palabra.
- Interrumpir a la persona que tiene la palabra.
- Permitir que las emociones dominen el diálogo.
- Centrarse en rasgos de la personalidad que no se pueden cambiar.
- Imponer sobre los demás valores y convicciones personales.
- Dar por supuesto que se ha entendido el mensaje que se quería transmitir.
- Imponer un acuerdo.
1 comentario:
Muy bien. Me ha gustado la entrada.
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